En el curso de este año se cumplirán tres décadas de un acontecimiento de extraordinaria proyección histórica y moral: la decisión de Juan Pablo II de ofrecerse como mediador en el gravísimo conflicto de soberanía que Chile y la Argentina mantenían, hacia 1978, por la posesión de las islas situadas al sur del canal de Beagle y por el dominio de los espacios marítimos adyacentes. Editorial de La Nación de Argentina.
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