sábado, 23 de agosto de 2008

Karzai vuelve a cargar contra EEUU


EEUU está ganándose la impopularidad entre los afganos a fuerza de ataques indiscriminados contra la población civil. El viernes, un bombardeo de la coalición liderada por Washington –que opera al margen de la ISAF de la OTAN– causó 76 muertos, la mayoría niños, en Herat, al oeste del país, denunció el Gobierno afgano. Publicado en el sitio on line español Público
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Rusia desafía a Occidente y se niega a salir del segundo puerto de Georgia


Pese a haber anunciado el viernes que ha retirado sus tropas de Georgia, Rusia todavía mantiene soldados en el interior de ese país transcaucásico y fuera de la zona de seguridad prevista por los acuerdos de Dagomís (Sochi) de 1992, firmados después de la guerra anterior, que, como ésta, la perdió Tbilisi. Publicado en El País
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La desconexión de Obama


En Estados Unidos, los precios al consumidor aumentaron 5,6% en julio, el mayor auge mensual de los últimos 17 años. Los precios de los productos subieron 9,8%, el mayor incremento desde 1981; y los de las naftas aumentaron 20% este año y 50% en los últimos 12 meses. Al mismo tiempo, caen los ingresos reales. Los salarios del sector privado subieron sólo 3,4% en el último año; si se los cruza con la inflación, cayeron más de 2% en ese período. Análisis internacional de Jorge Castro en Perfil
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Se fue Musharraf y arde Pakistán


La renuncia de Pervez Musharraf no trajo tranquilidad en Pakistán. Ayer al menos 56 personas murieron en combates entre el ejército y milicias y en dos atentados en la convulsionada región del noroeste, a unos kilómetros de la frontera con Afganistán. En uno de los dos atentados las víctimas fueron dos niños que jugaban en la vereda. La bomba estaba dirigida a un puesto de control policial cercano. Publicado en Página 12
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La contraofensiva del crimen en México


Veintiocho personas fueron ejecutadas en siete estados a menos de 24 horas de la firma del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Legalidad y la Justicia, firmado por los tres poderes federales y todos los gobernadores, además de empresarios, iglesias y medios de comunicación. Publicado en Página 12 de Argentina.
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El petróleo, en el centro de una voraz competencia


La energía será materia crítica en los tiempos por venir, y de ello dan cuenta los principales conflictos, incluyendo el de Rusia y Georgia que afectó a un oleoducto estratégico. Análisis de Oscar R. Cardoso, publicado en Clarín
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EL Presente y futuro de China


Los Juegos Olímpicos de Beijing encierran un sentido que va mucho más allá de lo deportivo e, incluso, de lo comercial. Significan, más bien, la cristalización de una realidad que el gigante asiático viene experimentando durante las últimas tres décadas. ¿Cuál es la situación de este país de 1.300 millones de habitantes que, desde su particular experiencia, se asoma al capitalismo? Publicado en Def Digital
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“La carrera hacia la Casa Blanca”


En este especial la revista Def Digital analiza las próximas elecciones presidenciales de los Estados Unidos y publica las opiniones de especialistas en relaciones internacionales.
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Opiniones:
Jorge Elías (diario http://www.lanacion.com/ )
Sergio Berenzstein (Director de Poliarquía)
Rosendo Fraga (Director del Centro de Estudios UniÓn para la Nueva Mayoría)
Fabián Bosoer (Editor de la secciÓn Opinión de Clarín)
Jorge Castro (Presidente del Instituto de Planeamiento EstratÉgico (IPE)
Gustavo Sierra (Editor de la sección Internacional de Clarín)
Gustavo Martínez Pandiani (Decano de ComunicaciÓn Social de la Universidad del Salvador)
Dan Rosenheck (Corresponsal de The Economist)
Andrés Fontana (Especialista en PolÍtica Internacional)
Juan Battaleme (Profesor de Relaciones Internacionales de la UADE)
Joe Goldman (Corresponsal de ABC News)
Gastón Schulmeister (Analista político de la Fundación Pensar)
Alejandro Corbacho (Director del Dpto. de Ciencia PolÍtica de UCEMA)

¿Es Afganistán un narco-estado?


La guerra no terminará mientras los talibanes puedan financiarse con las drogas y mientras Kabul dependa del opio para sustentar su poder. Así lo plantea el subsecretario de Estado norteamericano para la lucha contra la droga a nivel internacional, Thomas Schweich. En este reportaje de The New York Times Magazine, denuncia que la lucha contra las siembras de amapola es también una lucha contra los talibanes. Reportaje publicado en El Mercurio (Revista El Sábado)
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Una guerra nada nueva




La guerra que enfrentó a Rusia con Georgia era algo que se esperaba y que es más complejo que sólo el control de la separatista Osetia del Sur. Se trata de una provocación y de una medición de fuerzas, elementos que han marcado la larga historia entre ambos estados en el Cáucaso. Así lo cee el reconocido historiador británico Simon Sebag Montefiore -biógrafo de Stalin, el georgiano más famoso del mundo-, quien en esta crónica desentraña las razones y alcances del conflicto que obligó a intervenir incluso a EE.UU. Reportaje publicado en semanario Qué Pasa
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¡PETRÓLEO!


Artículo de Andrés Ortega en http://www.fp-es.org/


Vamos a necesitar petróleo. Mucho y durante mucho tiempo, pese a los progresos en las energías alternativas y otros avances tecnológicos. No sólo para mover los automóviles, sino también para fabricarlos, así como los ordenadores o los móviles que utilizamos. Suecia ha declarado su intención de convertirse en una “economía libre de petróleo” para 2030. Es imposible. Y para entonces la demanda global de petróleo será un 60% superior a la actual. El mundo desarrollado, especialmente Europa, gasta ahora menos crudo por habitante, pero desde hace algunos años están entrando en el mercado 3.000 millones de nuevos productores y consumidores, la mayoría –aunque no únicamente– de China e India. El oro negro no sólo no ha perdido importancia, sino que la ha ganado.


Quien dice petróleo dice territorio sobre el que se asientan los yacimientos y, por tanto, geopolítica. El destino árabe (y hasta musulmán) ha estado ligado al crudo, con una división fundamental, que el país con oro negro tuviera poca población (la gran excepción fue Irán). Dadas sus reservas, absolutamente vitales, el punto de gravedad es, desde hace décadas, Arabia Saudí. Y este maná le ha dado alas al fundamentalismo islamista, especialmente en su versión wahabí, exportada desde allí a golpe de petrodólar. El descubrimiento, aún por confirmar, del mayor yacimiento en 30 años en el fondo marino brasileño puede suponer una auténtica revolución geopolítica. Es aún difícil imaginar un mundo que no necesite petróleo. Pero quizás más fácil vislumbrar uno en el que Oriente Medio no sea el gozne vital de la economía mundial.


De confirmarse los indicios, el yacimiento de hidrocarburos de Carioca será el tercero mayor del mundo, después del de Ghawar en Arabia Saudí (que lleva bombeando desde 1948 y al que todavía le quedan cerca de 70.000 millones de barriles de reserva, frente a un consumo mundial de 85,7 millones de barriles diarios en 2007). Cuando el taladro perfora, y se confirma el descubrimiento, si todo va bien, pueden pasar años antes de llegar a la comercialización de los hidrocarburos detectados. Brasil puede convertirse en una gran potencia petrolera, además de serlo ya en términos económicos y hasta militares en América Latina. Probablemente haría que sus vecinos se pusieran las pilas para competir económicamente. Existe el riesgo de que caiga sobre Brasil la maldición que conduce al populismo y al autoritarismo –al estilo saudí, ruso o de la Venezuela de Chávez– a los países petroleros que aún no tienen democracias consolidadas, pero tiene bazas para no tropezar en esa piedra. Se convertiría así en un polo atractivo, con consecuencias no sólo para sí mismo sino para todo el Cono Sur y toda América Latina, que ganaría de ese modo importancia global, aunque su petróleo acabe principalmente en Estados Unidos, que ya importa de Canadá un 40% del crudo que consume.


La nueva situación, según algunos analistas, podría hacer perder centralidad a las guerras americanas en Asia Central y Occidental. A esta tendencia hay que añadir la importancia que van cobrando, ante la subida del precio del crudo, las arenas bituminosas en varios países de América –también en EE UU en las Rocosas, pero muy especialmente en Canadá y en Venezuela–, que podrían convertirse en el equivalente a Arabia Saudí, sin la dimensión árabe y musulmana.


La Faja Petrolífera del Orinoco es la mayor reserva del mundo de estas arenas. Pero se trata de petróleo pesado y se necesitan tecnologías que afronten la situación. Súmese México (aunque vaya a la baja, tiene uno de los cuatro yacimientos de crudo más importantes del planeta), y el resultado es que América, como continente, ganaría aún más importancia, frente a una Asia sedienta de crudo y a una Europa cada vez más dependiente del petróleo y del gas de Oriente Medio, el Magreb y Rusia. Esto en términos de suministros, pues los precios los fija el mercado global. Muchos países árabes productores de petróleo que, en algunos casos, ven reducirse sus reservas de forma dramática están intentando pasar a otro modelo para sus economías, invirtiendo –como Dubai o los Emiratos Árabes Unidos– en industria, turismo y otras posibilidades de futuro, aunque las pistas artificiales de esquí en el desierto requerirán más energía para mantenerlas. El caso es que, si Brasil y otros países de América dan lo que prometen, pueden provocar un cambio geopolítico de enorme magnitud, a la espera de un mundo más lejano menos dependiente del petróleo.


LOS CRIMINALES DE GUERRA MÁS BUSCADOS


El ex presidente serbobosnio Radovan Karadzic está pasándolo mal en La Haya. ¿Qué otros importantes criminales de guerra siguen sueltos? Reportaje en Foreing Policy
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CÓMO SALVAR A KARZAI (Presidente de Afganistán)


Casi siete años después de que el Ejército estadounidense invadiese Afganistán, los talibanes y otros grupos insurgentes ganan terreno, hay más tráfico de droga que nunca y la mayoría de los afganos sigue sin servicios básicos. Según las estimaciones del Pentágono, la violencia de los insurgentes ha aumentado un 40% en la parte oriental del país, alcanzando su peor nivel desde que en 2001 el régimen talibán fue derrocado. Reportaje de Foreing Policy
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viernes, 22 de agosto de 2008

La crisis de Georgia paraliza la ONU


Rusia exige una resolución que reconozca los deseos de independencia de Abjazia y Osetia del Sur - EE UU denuncia a Moscú por incumplir la retirada total de tropas. Reportaje publicado en El País
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Lo que busca Putin


La estrategia de Putin, coherente con la política de los zares y la que mantuvo Stalin pese al drástico cambio de régimen político, es que Rusia sea una potencia euroasiática, cuya hegemonía se ejerza en el Asia Central y en Europa Oriental, logrando así una neutralización de Europa Central. Análisis de Rosendo Fraga en Nueva Mayoría
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Rusia y la amenaza nuclear. ¿Alguien se acuerda de Irán?


La crisis georgiana y la contundente reaparición del Imperio Ruso en la política internacional, han relegado a un segundo plano otro grave problema: el intento iraní de acceder a la tecnología nuclear con fines militares. Sin embargo, una y otra crisis están estrechamente vinculadas y conviene reflexionar sobre su relación para comprender el teatro de operaciones en el que nos encontramos y de qué márgenes de actuación disponemos. Análisis publicado en GEES (Grupo de Estudios Estratégicos)
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Rusia se va pero se queda


Moscú pretende mantener su presencia en Georgia, controlando territorio que incluye la principal vía este-oeste desde la capital Tiflis hacia el Mar Negro, según un general ruso de alto rango. Publicado en BBC Mundo
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Dramático incremento de secuestros en Venezuela y Ecuador


La organización holandesa Pax Christi revela en un informe que el secuestro en ambos países está echando raíces. En Venezuela se presentaron 297 secuestros extorsivos el año pasado, y en Ecuador 607. En secuestros puramente extorsivos por razones económicas ya superaron a Colombia, donde este delito ha venido disminuyendo rápidamente. Reportaje publicado en el semanario colombiano La Semana
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El alcance geopolítico de la crisis económica


La mayor parte de los observadores coinciden en pronosticar una crisis de la economía mundial de una amplitud excepcional. Esta crisis no es un accidente: era previsible, dados la ausencia de control de los flujos de capitales, la especulación salvaje y el sistema de bombeo, desde hace años, del ahorro mundial por parte de Estados Unidos. Tribuna de SAMI NAÏR en El País
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miércoles, 20 de agosto de 2008

Polonia y Estados Unidos firman el acuerdo sobre el escudo antimisiles en plena crisis con Rusia


La secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, y el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, firmaron este miércoles el acuerdo que permitirá a Estados Unidos instalar su escudo antimisiles en Polonia, algo que cuenta con la férrea oposición de Rusia, que lo considera una amenaza. Publicado en El País
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martes, 19 de agosto de 2008

Rusia acusa a la OTAN de seguir en la Guerra Fría y tacha su advertencia de 'palabrería'


El embajador ruso ante la OTAN, Dmitri Rogózin, ha acusado a la Alianza de "seguir anclada en la Guerra Fría" y ha anunciado que Moscú tiene intención de revisar su cooperación con la organización atlántica. Publicado en El Mundo
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El ataque a soldados franceses alerta del avance de los talibanes sobre Kabul


La emboscada que este lunes costó la vida a 10 soldados franceses, a menos de 50 kilómetros de Kabul, es uno de los más graves sufridos por las fuerzas internacionales desde que comenzó el conflicto, hace seis años. Es, además, una muestra del aumento de los ataques de envergadura por parte de los insurgentes y de su nueva estrategia de asedio a la capital, tras permanecer acantonados en sus bastiones del sur y del este del país. Publicado en El Mundo
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UNA LIGA A MEDIDA

Los pesos pesados de la política exterior estadounidense, sobre todo de la derecha, aunque también de la izquierda, están reclamando una nueva Liga de Democracias. Según ellos, algún día podría reemplazar a la ONU. Pero sus defensores parten de un grave error. Piensan que en otros países la ven como una buena idea. Y, por eso, el plan será un sonado fracaso. Por Thomas Carothers en www.fp-es.org
Texto:
No hay ámbito con mayor escasez de ideas frescas que el de las instituciones globales, todavía dominadas por una serie de organizaciones multilaterales creadas al final de la Segunda Guerra Mundial. Pero ahora ha salido a la luz la grandiosa propuesta de crear una nueva estructura internacional. La idea es que el próximo presidente de EE UU debería intentar crear una Liga de Democracias (o Concierto de Democracias). Sería una institución independiente y diferente –con el tiempo, quizá incluso un sustitutivo– de la ONU.

Están promocionando esta liga diversos expertos en política exterior de la órbita demócrata y republicana, lo que es sorprendente, dada la polarización previa a las presidenciales de noviembre. Los primeros en proponerla fueron los demócratas moderados. En 2006, los expertos G. John Ikenberry y Anne-Marie Slaughter la publicaron en el informe final del Proyecto Princeton sobre Seguridad Nacional. Ivo Daalder y James Lindsay la desarrollaron en un artículo titulado Democracias del mundo, uníos. Luego se sumaron al coro los republicanos. El politólogo Robert Kagan pidió la creación de una liga como respuesta al creciente poder autoritario de China y Rusia. El columnista neoconservador Charles Krauthammer estuvo de acuerdo. Y el candidato del partido del elefante a la presidencia, John McCain, ha hecho de ella uno de los ejes de su programa en política exterior, situando la idea en el centro del debate estadounidense.

El abanico de propuestas sobre lo que en la práctica debería hacer la nueva organización no deja de crecer. Ikenberry y Slaughter la conciben como un medio seguro de lograr aprobación internacional para las intervenciones estadounidenses en el extranjero. McCain y otros conservadores tienen en mente algo más amplio: un “pacto mundial” que “utilizaría la enorme influencia de los más de cien países democráticos (...) para promover nuestros valores y defender nuestros intereses comunes... [y] reviviría la solidaridad democrática que unió a Occidente durante la Guerra Fría”. Desde este punto de vista, no sólo se responsabilizaría de la paz y la seguridad en el mundo, sino que también serviría para presionar a los regímenes autoritarios, imponer sanciones a Irán, aliviar el sufrimiento en Darfur y afrontar crisis como el sida o el calentamiento global.

Sus impulsores se basan en el reconocimiento de que, en los últimos años, EE UU ha actuado demasiado por su cuenta. Parten de la razonable tesis de que devolver la legitimidad a las autoridades de ese país requerirá un compromiso renovado con la cooperación internacional. No hay duda de que gran parte del mundo ansía que se produzca ese cambio de rumbo en la política exterior de Washington. Pero, por desgracia, aunque la Liga de Democracias parezca una idea nueva, no lo es. Responde a los mismos instintos que inspiran el multilateralismo por encargo del que el mundo ha acabado tan harto durante la era Bush. Entre ellos se encuentra el deseo de controlar quién forma parte del grupo, la falta de interés en los puntos de vista de los demás y la insistencia en aplicar las ideas de EE UU en países cada vez menos dispuestos a acatar su liderazgo. Lo más probable es que la propuesta caiga víctima del típico deseo de controlar el acceso a una organización para asegurarse una concurrencia amistosa. En los últimos años, elecciones libres y limpias celebradas en Argentina, Bolivia, Ecuador, Líbano, Nepal, Nicaragua, Palestina y Pakistán han dado la victoria a gobiernos muy distanciados de la Casa Blanca. Ante esta situación, probablemente intentaría que la pertenencia a la organización se circunscribiese a los Estados que apoyasen sus intereses, dejando fuera a otros países democráticos gobernados por líderes hostiles, como la Nicaragua de Daniel Ortega o el Ecuador de Rafael Correa. El problema es que, aceptando a ciertas democracias y cerrando la puerta a otras, se corrompería el fundamento inspirador de la organización para convertirse en una asociación de amigos de EE UU.

Tampoco parece que los llamamientos para fundarla nazcan de un esfuerzo sincero por tantear a los gobernantes de otros países y ver si la idea siquiera les interesa. Las declaraciones sobre la necesidad de su creación han sido respondidas en los demás países democráticos con un mutismo ostensible. Cuando Kagan quiso subrayar el apoyo que la liga cosecha en Europa, sólo consiguió la adhesión de un político conservador danés. El hecho de que no se consultara a los demás cuando se formuló la idea puede contribuir a explicar su falta de sintonía con el clima reinante en la escena internacional. Debido, en buena medida, a la insistencia de Bush en calificar a la guerra de Irak como el eje central de su plan para la libertad en el mundo, ahora en todas partes la gente considera la promoción de la democracia como una tapadera deshonesta y peligrosa que EE UU utiliza para canalizar su poder e influencia. Así las cosas, intentar tender puentes con el resto del mundo con otra iniciativa liderada por Washington y centrada en la democracia denota una ignorancia casi intencionada de cómo se percibiría y se recibiría una idea así en el extranjero.

El plan se basa en la creencia ilusoria de que las democracias, por el mero hecho de serlo, comparten intereses hasta el punto de poder actuar al unísono frente a un amplio abanico de problemas mundiales. Una idea atractiva que, al menos en parte, es acertada. Sin embargo, la idea de que se alinean de forma natural es cierta sólo a medias y puede convertirse en una simplificación peligrosa. Sus políticas exteriores, como las de cualquier Estado, no vienen determinadas por la orientación interna del país. Hay otros factores de mayor peso, como la identidad regional, la religión, la composición étnica, el tipo de economía o la historia. Europa no ha logrado actuar al unísono en política exterior. Lo mismo ocurre en la OTAN, donde EE UU se ha topado con la oposición de algunos de los principales miembros en un asunto fundamental: intentar que Georgia y Ucrania entren en la organización.
Y si hablamos de incluir a democracias tan distintas como Brasil, India, Indonesia, México, Mongolia y Suráfrica, las posibilidades de que Washington encuentre en esa liga un foro dispuesto a secundar sus posiciones son bastante escasas. Como bien apuntó recientemente el ex embajador británico en Naciones Unidas, David Hannay, el historial de voto en la ONU de Brasil, India y Suráfrica –algunas de las democracias más pujantes del mundo en desarrollo– pone de manifiesto que estos países “se encuentran entre los miembros menos intervencionistas y más reacios a autorizar el uso de la fuerza”. Sólo por poner un ejemplo: McCain cree firmemente en la legitimidad pasada, presente y futura de la intervención militar estadounidense en Irak. ¿Estaría dispuesto, como dice, a “respetar la voluntad” de la liga en lo referente al futuro de esa intervención, cuando muchos miembros cuestionarán la legalidad de esa presencia?

Quizá lo más peligroso de la idea es que amenaza con esquivar e incluso obstaculizar esfuerzos reales de cooperación internacional. La propuesta conlleva la pretensión de que la nueva institución desempeñe algunas de las principales funciones de Naciones Unidas, e incluso de que llegue a sustituirla en el futuro. De hecho, la propuesta surgió, en parte, a raíz de la frustración por la imposibilidad de conseguir que la ONU aprobase la invasión de Irak, y el temor a futuros enfrentamientos aún mayores en su seno. A muchos estadounidenses les parece que intentar impulsar una reforma seria de la ONU, como una ampliación del Consejo de Seguridad y un cambio de los mecanismos de toma de decisiones, sería una empresa demasiado lenta y de resultado incierto. Ikenberry y Slaughter defienden una organización con ciertos límites de actuación, que se centraría en la paz y en la seguridad mundiales, dejando que Naciones Unidas continúe trabajando en ámbitos como la educación, el desarrollo o la salud. Imaginan una coexistencia armoniosa entre ambas. Otros, como McCain, parecen esperar que la liga sea capaz de hundir a la ONU y sustituirla en todos los ámbitos. Krauthammer lo expresó sin demasiado tacto en una reciente entrevista: “Aparentemente, todo consiste en escuchar y reunirse con aliados, el típico rollo que propondría gente como John Kerry, con la diferencia de que aquí la idea que McCain no puede decir, pero yo sí, consiste en acabar con Naciones Unidas”.

Pocos se apuntarían a una iniciativa cuyo objetivo implícito es debilitar y, en último término, demoler a la ONU, para sustituirla por un organismo menos universal. Es precisamente su universalidad, por inoperante que pueda resultar, lo que tanto se valora en muchos países y lo que la liga destruiría. Es poco probable que este concierto llegue a crearse, incluso aunque el próximo presidente estadounidense fuera un firme partidario. Washington puede lograr ciertos avances presionando a otros países, pero las reticencias de las demás democracias seguramente sean considerables. En 2000, ya se realizó un ingente esfuerzo para poner en marcha la poco conocida Comunidad de Democracias. Entonces, EE UU gozaba de una buena imagen en el mundo, y aquella institución era mucho menos ambiciosa, pero aún así no prosperó. Está claro que en la política exterior estadounidense hacen falta nuevas ideas. La mala prensa internacional de EE UU está resultándole tremendamente dañina, y los problemas del planeta (el cambio climático, el precio de los alimentos, la energía o la salud) no hacen sino multiplicarse. Sin duda, los llamamientos para que se cree un Concierto de Democracias son bienintencionados, pero no dejan de estar asociados a unas costumbres y preferencias estadounidenses que pocos quieren, o siquiera aprecian.

EL EJÉRCITO SECRETO DE BRASIL



Publicado en Foreing Policy


Los espectadores que acudan al cine a ver Tropa de élite, filme brasileño inspirado en en el best seller Elite da tropa, tal vez crean que se trata de una historia de ficción exagerada. Hasta los habitantes de Río –que suelen comentar entre amigos que, en una calle oscura, es más fácil toparse con un delincuente que con un policía– han reaccionado, en buena medida, con incredulidad ante el libro de Luiz Eduardo Soares, André Batista y Rodrigo Pimentel. Después de todo, resulta difícil creer que un agente encargado de liderar la lucha contra el narcotráfico en las favelas (barriadas de chabolas) organice juicios en los que la policía actúa como abogado y como jurado. Sobre todo, considerando que sus sentencias suelen acabar en ejecución.

Asimismo, parece imposible que un narcotraficante que intentaba salir de un suburbio para comenzar una nueva vida fuera secuestrado por agentes y obligado a volver a “trabajar” porque el jefe de la policía quería seguir recibiendo los sobornos que el fugitivo solía pagarle. Sin embargo, por desgracia, la mayoría de las historias raras, violentas, conmovedoras, repulsivas y divertidas de Elite da tropa son reales.

Soares, un ex secretario brasileño del servicio público de seguridad y ahora investigador destacado del crimen urbano, y Batista y Pimentel, ex miembros del Batallón de Operaciones Policiales Especiales de Río de Janeiro (BOPE, por sus siglas en portugués), compusieron su historia a partir de una serie de relatos con material rescatado de sus recuerdos y las experiencias de amigos. Es una receta potente: en sus mejores momentos, el libro transporta al lector a escenas de la guerra contra los traficantes con una intensidad rara vez alcanzada en la prensa tradicional. Y, al hacerlo, derriba la barrera sanitaria que los brasileños construyen para lidiar con las tragedias cotidianas. Como escriben los autores, muchos de los habitantes de Río viven con una rutina de asesinatos “como peregrinos que cargan con la cruz y sienten su peso y su tamaño, pero no se paran a observarla para saber cuál es su forma y comprender su naturaleza”. Elite da tropa agarra a sus lectores por el pescuezo y les obliga a ver el auténtico coste de una guerra perdida.

El libro se divide en dos partes. La primera se centra en el BOPE, creado hace 30 años como un cuerpo para agentes de policía altamente cualificados entrenados para liderar misiones de rescate de rehenes y especializado en llevar a cabo operaciones en las favelas, donde los narcotraficantes han establecido centros de distribución con fuertes medidas de seguridad. Para ser un caveira (calavera), como se denomina a los miembros del batallón, es necesario un duro entrenamiento. Ahogamientos simulados, torturas, privación de alimento y humillación son requisitos de admisión habituales. El sufrimiento hace que ser aceptados en el BOPE sea un honor tan grande que da a sus miembros la fuerza para resistir a los sobornos y chantajes, tentaciones frecuentes a las que se enfrentan los agentes corrientes en Brasil.

Su entrenamiento y sus operaciones hicieron famoso al BOPE, y a sus oficiales, orgullosos de pertenecer a una de las mejores brigadas de policía del mundo. Hasta hace poco, la cifra de agentes del batallón ascendía a 150. Hoy son unos 400. Y, pese a que varios miembros han sido expulsados del cuerpo por tener vínculos con el crimen organizado, sus comandos, que constantemente arriesgan su vida a cambio de unos 800 dólares al mes (unos 510 euros), aún mantienen una profesionalidad poco frecuente entre los policías de Brasil o de cualquier otro lugar.

La primera parte de Elite da tropa (‘Diario de guerra’) es narrada por un oficial del BOPE anónimo, inteligente, agresivo y amargo. Hablando con el lector como si estuviera siendo entrevistado por un reportero, comienza a contar historias que no siguen un orden cronológico ni describen la evolución de un solo personaje. Se trata más bien de instantáneas entresacadas de un largometraje o fogonazos que de repente iluminan una escena que pronto vuelve a quedarse a oscuras: el compañero que muere por fuego amigo, el francotirador impaciente por utilizar su nuevo rifle. El autor prefiere construir un relato que describa a todos los oficiales del BOPE.

“Si estás esperando un discurso con buenos modales, olvídalo. Puedes cerrar el libro”, advierte el narrador. Sin remordimientos, y con voluntad de admitir algunos de los daños colaterales de la guerra contra el crimen, describe las operaciones del BOPE con crudeza. “Los delincuentes nos tienen miedo (...). Anoche, por ejemplo, no cogimos a nadie. Si nos topamos con un vagabundo en las redadas nocturnas, es hombre muerto”, escribe. No alardea de los hechos, pero tampoco se avergüenza de ellos. “Las víctimas son proscritos; por eso, las técnicas de interrogatorio como el ahogamiento y las descargas eléctricas son adecuadas. La tortura es aceptable cuando el fin justifica los medios”, afirma el narrador.

No es el único que opina lo mismo. Un estudio reciente llevado a cabo por el IBOPE, la empresa brasileña líder de estudios de mercado, puso de manifiesto que el 26% de los ciudadanos está de acuerdo en que la tortura es una herramienta legítima para la policía. Y lo que es más, el libro Cómo piensan los brasileños, de Alberto Carlos Almeida, publicado en 2007, reveló que el 30% de la población aprueba las agresiones de los agentes con resultado de muerte. Esta aceptación pública, combinada con la ineficaz supervisión burocrática, se ha traducido en unas alarmantes cifras de fallecimientos a manos de la policía de Río de Janeiro. En un Estado con poco más de 15 millones de habitantes, 1.330 personas fueron asesinadas por la policía en 2007.

En la segunda parte del libro, titulada ‘Dos años después: La ciudad besa la lona’, los autores abandonan las trincheras de la guerra urbana para centrarse en el trabajo interno de la Administración del Estado. Escenas cortas, que recuerdan a un guión de cine, relatan una intrincada trama en torno al inspector jefe de la policía, Vítor Fraga. Angustiado por la deuda pendiente de una campaña electoral fracasada, Fraga pretende sacar al BOPE de Rocinha, la favela más grande de Río y el mercado de la droga más lucrativo para la élite de la ciudad. Para que las ventas de droga, y los sobornos a los agentes, vuelvan a la normalidad, es necesario eliminar al batallón. Al describir las macabras secuelas de las maquinaciones del oficial, los autores ponen de manifiesto una triste realidad de la guerra contra el narcotráfico en Río: los soldados del BOPE, a pesar de toda su valentía y violencia, no son más que peones a disposición de los políticos y de otros policías corruptos. Y las cuestiones planteadas por un bienintencionado “secretario de seguridad” de ficción (en buena medida basado en las propias experiencias de Soares como vicesecretario en 1999, y como ministro de Seguridad en 2003) captan la escalada de confusión dentro del Palacio de Guanabara, la sede del Gobierno del Estado: “¿Quién está al mando en realidad? ¿Las bandas, los capos de la droga, los políticos? (...) ¿Qué policías son éstos? No son instituciones. Son campos de batalla. Son mercados persas. Son tribus en guerra”.

Best seller en Brasil, con más de 150.000 copias vendidas, el libro inspira la polémica película de José Padilha Tropa de élite, ganadora de un Oso de Oro en la edición 2008 del Festival Internacional de Cine de Berlín, que ya ha pasado por la cartelera española. La película ha sido todo un fenómeno en Brasil desde su estreno en 2007. La filtración de una copia antes de su estreno oficial le vino de perlas a los vendedores callejeros, a quienes les quitaban de las manos las cintas piratas, lo que permitió ver el thriller a numerosos habitantes de las favelas que rara vez acuden a las salas de cine. Acostumbrados a temer los disparos reales del BOPE, les pareció verosímil la irónica representación del capitán Nascimento, narrador de la película, que presenta la misma mezcla de agresividad, inteligencia, rudeza y angustia que el policía anónimo del libro.
Nascimento tortura, asesina, y, día tras día, empieza a parecerse a los delincuentes contra los que se enfrenta. Pero lo hace con una inteligencia y un humor que permiten al público identificarse con él. Poco a poco se ha convertido en un héroe pop. Sus frases –“la culpa es del Papa” (después de ordenar una ejecución), “di que quieres que esto acabe” (a los agentes durante los entrenamientos)– se escuchan a menudo por las calles. El uniforme del BOPE fue uno de los disfraces más populares del carnaval 2008 de Río de Janeiro. Todo el cuerpo de policía se ha puesto de moda: los periódicos y las revistas publican con frecuencia aspectos de las duras situaciones a las que se enfrentan los agentes, e incluso algunos de ellos están impartiendo conferencias sobre motivación para los compañeros interesados en adoptar el lema de los soldados: “Una misión encomendada es una misión cumplida”.

Para muchos brasileños, la popularidad del libro y de la película parece indicar que la crisis de la seguridad pública sólo puede resolverse a través de la violencia. Lo que no se plantean es por qué esta estrategia, puesta en práctica de manera informal por parte de la policía brasileña durante décadas, no ha podido evitar el asesinato de 50.000 personas cada año. Tal vez, como ocurre con muchas otras desagradables realidades de esta batalla entre la policía y los delincuentes, se trata de un hecho que la gente no está dispuesta a aceptar hasta que no tenga otro remedio, o hasta que alguien convierta la verdad en una emocionante obra de arte.

EL EJÉRCITO VIRTUAL DEL KREMLIN


Comenzó como un conflicto digital bastante predecible, que emulaba al del mundo real y mostraba un buen despliegue de ciberguerra convencional: atacaron webs, borraron comentarios y destrozaron fotos. Una broma en la página del Ministerio de Asuntos Exteriores georgiano comparaba al presidente del país, Mijail Saakashvili, con Adolf Hitler. Publicado en Foreing Policy lea más

lunes, 18 de agosto de 2008

La OTAN se reúne de emergencia


Los ministros de relaciones exteriores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reúnen este martes de emergencia en Bruselas para discutir de qué manera la alianza podría responder a las acciones militares de Rusia en Georgia. Reportaje de la BBC de Londres.
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El brazo ejecutor de Bush


Profundamente solo dentro de Pakistán y abandonado por Estados Unidos, país al que sirvió con fidelidad perruna, Pervez Musharraf tiró la toalla ayer, incapaz de luchar su última batalla: defenderse ante un Parlamento hostil que le exigió que rindiera cuentas de los miles de civiles y militares muertos durante sus nueve años de dictadura. Reportaje de El País
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domingo, 17 de agosto de 2008

Obama entra en la hora de la verdad


Concluidas las vacaciones, el duro examen de Rick Warren, el pastor conservador que el sábado recibió en su iglesia de California a los dos candidatos presidenciales, demostró algo que viene siendo norma en esta campaña: es Barack Obama el que tiene que ofrecer mayores pruebas de su cualificación; es a él, no a su rival, John McCain, al que se indaga con curiosidad y sospecha sobre sus verdaderas condiciones para ser el próximo presidente de EE UU. Es sobre él sobre el que cae el foco. Por Antonio Caño de El País
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Tensiones en el Cáucaso, tierra de eternas conquistas y rebeldías


Su lugar estratégico entre Oriente y Occidente y su geografía montañosa, que lo hace inexpugnable, lo pusieron siempre en la mira de los imperios. Hoy, cuando se vislumbran cambios en el balance del poder mundial, vuelve a ser el centro. Reportaje publicado en Clarín
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