sábado, 24 de febrero de 2007
¿Una guerra contra Irán?
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A Bush no le preocupa el clima

Si al presidente norteamericano realmente le preocupara el calentamiento global, ¿cómo es posible que haya respaldado la construcción de plantas de electricidad alimentadas a carbón, aun si esas plantas usan tecnologías más eficientes que las empleadas en el pasado? Son las preguntas que se formula Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía, docente de la Universidad de Columbia , en una nota para el diario Clarín de Argentina.
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Más limitaciones para la hegemonía de Washington

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jueves, 22 de febrero de 2007
Con el Jesús en la boca
Iniciativa diplomática de EEUU en América Latina

Chávez impone la dinámica política regional

miércoles, 21 de febrero de 2007
El costo de la violencia en Brasil

Acuerdo de armas de Venezuela y Rusia suma $3 mil millones

Tras un brusco aumento de suministros de material bélico marítimo, registrado en 2005, en 2006 se recuperó la nomenclatura más tradicional de ventas de armamento, la mitad de la cuales ha sido la exportación de aparatos aéreos. Así, a finales de 2006, llegó a Venezuela el primer lote de cuatro cazas multifuncionales SU-30MK2V. Se mantuvo a nivel tradicionalmente alto la exportación de helicópteros. Los principales compradores de estos aparatos han sido China y Venezuela. Las adquisiciones venezolanas se materializaron en recepción de 6 helicópteros Mi-17V-5, tres Mi-172, ocho Mi-35 y un Mi-26T por 270 millones de dólares en total, así como se cumplió el primer contrato de venta de 100 mil fusiles de asalto AK-103 con Venezuela.
Alianza Brasil-EEUU reta el poder de Chávez

Para EEUU, la alianza con Brasil solucionaría muchos de sus dolores de cabeza: le garantizaría suficiente provisión de un combustible limpio, le restaría dependencia de un mercado volátil en precios como el petrolero -y sobre todo de controversiales productores como Venezuela e Irán- e incluso podría promover a futuro menores costos para la adquisición final de la gasolina en ese país.
Pero desde la perspectiva política, sus efectos podrían ser incluso más relevantes, pues un pacto Bush-Lula serviría de puerta de entrada para una administración que ha prestado poca atención a Latinoamérica, se interpretaría como una alianza que aleja a Lula de Chávez y reflejaría en EEUU la imagen de pilar del desarrollo de la agroindustria en la región .
Según una editorial del diario Investor's Business Daily, la complementación de las industrias de etanol de Brasil y EEUU podría incluso allanar el camino para la eventual firma de un tratado de libre comercio entre ambos a futuro.
Alcanzar esas metas no es, no obstante, nada sencillo. Expertos han advertido que la generación masiva de etanol podría terminar convirtiendo a los países en monoproductores de maíz, yuca o caña de azúcar, dadas las ingentes cantidades de estos productos que se requiere sembrar para poder generar apenas unos barriles diarios del alcohol combustible.
Para usar etanol en cantidades apreciables también es necesario modificar las refinerías para producir gasolinas aptas para su mezcla, construir centros de destilación e incluso, si se requiere realmemente desplazar volúmenes apreciables de hidrocarburos, fabricar carros especiales para su uso. Amigos y rivales
Mientras EEUU intenta desplazar a Venezuela como una de sus cuatro principales fuentes de crudo y derivados petroleros
-no sólo el etanol se perfila como una solución, sino también la explotación en Alaska-, el gobierno de Chávez ha hecho lo propio a través de alianzas con países vecinos y otros distantes, como es el caso de China.
La clave de esa reorganización geopolítica radica en que se trata de los mismos mercados que a Brasil le interesan para introducir su etanol. Mientras el país carioca no masifique sus exportaciones, Venezuela podrá seguir pensando en expandir sus despachos petroleros prescindiendo de EEUU, pero a futuro esto podría cambiar, sobre todo si se toma en consideración la magnitud de un proveedor como Brasil que, en paralelo y a través de Petrobrás, adelanta una agresiva estrategia de internacionalización.
Paradójicamente, Venezuela ha sido uno de los primeros clientes de etanol para Brasil, según un acuerdo que se firmó en 2005 y que le ha permitido a Pdvsa realizar pruebas para comenzar a utilizarlo en el mercado interno a mediano plazo.
El plan completo prevé que la misma Brasil contribuya con Venezuela en el establecimiento de un plan se siembra lo suficientemente robusto como para apalancar la producción local de etanol de uso interno.
Al ser un oxigenante de la gasolina para motor, el etanol ya comenzó a desplazar también a algunos aditivos provenientes de la petroquímica, como el MTBE (Metil Terbutil Eter) del cual Pequiven exportaba cantidades apreciables. A menos que Venezuela se monte rápidamente en la ola del combustible ecológico, el alcohol brasileño continuará cercando su oferta.
martes, 20 de febrero de 2007
Revelan planes "para atacar a Irán"

"Querer regentar el mundo de manera unipolar es ilegítimo e inmoral"

En su discurso pronunciado el 10 de febrero 2007 en la conferencia de Seguridad de Munich (Alemania), el presidente ruso Vladimir Putin denunció categóricamente el fantasma estadounidense de querer regentar el mundo de manera unilateral como algo siendo carente de base jurídica y de todo principio moral. Publicado en Red Voltaire
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Kirchner redobla su alianza estratégica con Chávez

Sin límites para la barbarie

El miércoles 7 de febrero, la dueña de casa carioca Rosa Vieites se preparaba para cerrar un día como tantos otros. Poco después de las nueve de la noche, dejó el centro espiritual que acostumbra frecuentar en Bento Ribeiro, en la zona norte de Río de Janeiro, y subió al auto con sus dos hijos, Aline, de 13 años, y Joao Hélio, de 6, además de una amiga. Luego la familia tenía previsto reunirse en casa. Hélcio, el jefe de hogar, pasó la tarde supervisando reformas en la nueva propiedad que la familia acababa e iría a encontrarlas para comer. Pocas cuadras más adelante, al parar en una señal de tránsito, el auto fue abordado por dos bandidos armados, que les ordenaron descender. Comenzó, entonces, el peor drama que una madre puede vivir, y una trágica historia que cortó la respiración de todos los brasileños. Rosa, Aline y la cuarta pasajera, que viajaba en el asiento del copiloto, salieron del auto. Pero el pequeño João, que estaba sentado atrás y usaba cinturón de seguridad, demoró un poco. La madre abrió la puerta trasera e intentó ayudarlo. No tuvo tiempo. Los bandidos entraron en el auto y partieron a alta velocidad llevando al niño colgando, aprisionado por el cinturón a la altura del estómago. Rosa gritó y salió corriendo detrás del vehículo, pero sólo vio a su hijo alejarse arrastrado por el suelo.
Lo que pasó después fue una escena difícil de imaginar, incluso en los peores filmes de terror, además que ningún guionista se ha atrevido a escribir una escena como aquella. João Hélio fue arrastrado por 7 kilómetros a través de calles de gran circulación de cuatro barrios de la región. Un motociclista que venía atrás, quien pensó que se trataba de un accidente, intentó alcanzar el vehículo para alertar que había un niño colgando, muy cercano a la rueda. “En la primera curva, la cabeza golpeó la protección de la calzada, y la sangre salpicó mi ropa. Comencé a gritar y a tocar la bocina, pero observé que el pequeño ya estaba muerto. Cuando alcancé el auto, uno de los ocupantes me apuntó a la cara con un arma y me conminó a alejarme”, dice el testigo.
Personas que presenciaron la escena también se desesperaron, especialmente al ver que los bandidos hacían zigzag con el auto, intentando liberarse del cuerpo del pequeño. En algunas de las trece calles por las cuales João fue arrastrado, todavía era posible ver rastros de sangre y masa encefálica por el suelo al día siguiente. Los bandidos recorrieron la ruta unos diez minutos y después abandonaron el vehículo en una calle desierta. El niño, todavía atado al cinturón, no tenía más la cabeza, los ojos ni los dedos de las manos. “Estoy acostumbrado a ver escenas violentas. Pero ésta fue una cosa bárbara, no tuve coraje de sacar el plástico para ver la criatura”, confesó el delegado Hércules do Nascimento, responsable del esclarecimiento del caso. El secretario de seguridad de Río, José Mariano Beltrame, y el comandante general de la Policía Militar, coronel Ubiratan Guedes, no contuvieron las lágrimas en el entierro del niño. Un habitante que reconoció a los bandidos cuenta que uno de ellos salió del auto, vio el cuerpo, se apoderó de los objetos de valor dentro del vehículo y desapareció con un cómplice por un callejón oscuro. Ellos no querían el auto, únicamente las pertenencias de la familia, lo que confirma el alarmante nivel de canalización de la violencia en los grandes centros urbanos de Brasil.
João cumpliría 7 años en marzo, cursaba primero año primario en un colegio particular, era partidario del Botafogo y estaba feliz porque iba a tener un cuarto nuevo, pintado de verde. Alegre y muy inquieto, asistía a clases de natación y fútbol. Todos los días Rosa lo llevaba en auto a la escuela y lo iba a buscar. En homenaje a la madre, João hizo un dibujo que quedó fijado en el mural de la sala y decía: “me gusta ella”. El apego a la hermana, de 13 años, también era grande. En el día del funeral, Aline se desesperó al ver al pequeño en el ataúd. “Yo quiero de vuelta a mi bebé. Quiero a mi hermano de regreso, quiero oír su vocecita de nuevo”, gritaba.
Al día siguiente del crimen, la policía presentó a los responsables de la tragedia que destruyó una familia de clase media carioca. Diego y E. menor de edad, sin antecedentes criminales. Según testimonios, ya era el quinto auto que la dupla abandonaba en el mismo lugar. Con sangre fría, los dos confesaron el asesinato y contaron detalles del crimen, que puede haber tenido la participación de otros dos bandidos. Los padres de E., que tienen otros cuatro hijos, comparecieron en la delegación de policía. El padre no daba crédito a que su hijo pudiese ser uno de los bandidos. A las diez de la noche, minutos después del robo, los dos estaban en su casa, donde comieron sin demostrar ninguna alteración. “Él no precisaba de eso. Estaba estudiando y ganaba dinero lavando autos”, afirma. “Yo sabía que mi hijo andaba con malas compañías, pero nunca imaginé que pudiese hacer una cosa de esas”.
El semanario de actualidad Veja sostuvo que el crimen en Brasil precisa ser enfrentado como una combinación de presiones psicológicas, sociales, urbanas y familiares que está generando pavor paralizante en el país.
Es vital escapar de la parálisis
Se pueden debatir las fuerzas de la naturaleza cuando se asiste a la proximidad de un tsunami. Pero eso es inútil, peligroso e irracional. Es preciso reaccionar, hacer alguna cosa que ponga fin a los efectos destructivos de la acción de los criminales. Dice el sociólogo Cláudio Beato: “nadie piensa resolver los problemas emergentes de la salud, una epidemia por ejemplo, invirtiendo en educación. La seguridad pública también requiere medidas específicas y urgentes”.
Entre éstas figuran:
· Limitar el horario de funcionamiento de los bares. Una investigación hecha en 2002 por la prefectura de Diadema, una de las ciudades más violentas del Gran São Paulo, demostró que el 60 por ciento de los homicidios del municipio acontecían a 100 metros de un bar. Al fijar a las 23 horas el horario límite de funcionamiento de los bares, la ciudad consiguió, en cinco años, reducir en 68 % su tasa de homicidios;
· Disminuir los beneficios a los presos, entre ellos la reducción del cumplimiento de la pena de régimen cerrado, por medio de la progresión. “Hoy, hasta los autores de crímenes abominables son beneficiados con el pase de un régimen cerrado a uno semi abierto después de cumplir sólo un sexto de la pena”, dice el promotor de Justicia de Ejecuciones Criminales de São Paulo, Marcos Barreto;
· Suspender el beneficio de los indultos (de Navidad, Día de las Madres, etc.) para criminales reincidentes o condenados por crímenes violentos. El cientista social y profesor de la Universidad de Brasilia, Antonio Testa, advierte la frecuencia con que los indultos son concedidos hoy; además de aumentar el riesgo al que la población está expuesta, obliga al Estado a disponer de más policías en la calle y genera desvío de funciones;
· Suspender el límite para la internación de adolescentes infractores en centros de rehabilitación. En la actualidad, ellos sólo pueden quedar internados hasta los 18 años. “Sólo deberían poder dejar los centros aquellos adolescentes que estuviesen realmente resocializados. Y eso podría durar tres, cuatro o diez años”, afirma Testa;
· Crear una red multidisciplinaria de asistencia para jóvenes que comienzan a desenvolverse en la criminalidad, practicando pequeños actos de vandalismo o participando en peleas callejeras. “Ningún joven se convierte en asesino de la noche a la mañana”, afirma el sociólogo Cláudio Beato. “Una red de profesores, psicólogos y asistentes sociales entrenados puede actuar en las escuelas y comunidades, dando apoyo y orientando al joven todavía en esa etapa del desarrollo”, dice;
· Priorizar un sistema policial comunitario. “Una policía comunitaria gana la confianza de los habitantes, está mejor informada sobre la criminalidad en el barrio y, por lo tanto, consigue reaccionar con más eficacia”, afirma el sociólogo Beato. En el barrio Jardín Angela, considerada una de las regiones más violentas de São Paulo, la adopción de medidas de esa naturaleza ayudó a reducir el número de homicidios en 57 % entre 2001 y 2005:
· Crear jurisdicciones especiales que posibiliten el juzgamiento más ágil de policías acusados de corrupción y otros crímenes: “un agente sospechoso que permanece trabajando, mientras aguarda el juzgamiento por un largo período, contribuye a aumentar la sensación de impunidad y a alejar a la policía de la sociedad”, afirma Ignacio Cano, investigador del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
Muchos estudiosos del tema dicen que el crimen en Brasil no está en la UTI, sino que en una sala de emergencia. El problema es que la decisión de quién vive y quién muere en esa sala está en manos de los criminales y bandidos.
Muchos estudiosos del tema dicen que el crimen en Brasil no está en la UTI, sino en una sala de emergencia. Lamentablemente la decisión de quien vive y quien muere en esa sala, está en manos de los criminales y bandidos.
El disque-secuestro desde las cárceles

1a Parte:
La vergonzosa lista de crímenes que sólo ocurren en Brasil (donde están registradas, entre otras creaciones autóctonas, el arrastre de un niño por las calles cariocas y el secuestro relámpago), ahora incluye un nuevo ítem: el disque-secuestro. La modalidad – en la que los presidiarios provistos de celulares extorsionan a personas de buena fe convenciéndolas de que tienen en su poder a sus hijos o cónyuges- se ha esparcido por el país en los últimos meses. Es una prueba –dicen los expertos en seguridad ciudadana- de la ineptitud del Estado brasileño, que no consigue frenar los crímenes e ilegalidades flagrantes ni en sus propias dependencias. En 2006, sólo en las ciudades de São Paulo, Río, Belo Horizonte, Porto Alegre e Brasilia, casi 10.000 personas declararon a la policía haber sido víctimas de esta modalidad delictiva. Tomando en cuenta que los números de casos son hasta cuatro veces mayores que los notificados, se puede afirmar que el disque-secuestro alcanzó niveles epidémicos.
El disque-secuestro tuvo su origen en la Penitenciaría Carlos Tinoco da Fonseca, en Campos, Estado de Río de Janeiro. En su versión primitiva, los presos convencían a las víctimas de que ellas habían sido sorteadas en promociones de empresas. Para recibir los supuestos premios, como regalos de televisores y DVD’s , ellas deberían comprar tarjetas telefónicas de celulares prepagas y pasar los códigos a sus interlocutores. Por entonces, el objetivo de los reclusos era apenas mantener los celulares en actividad para que pudiesen continuar comunicándose con familiares y parientes o para administrar eventuales “negocios” fuera de la cárcel. La Coordinadora de Inteligencia del Sistema penitenciario (Cispen) de Río de Janeiro, averiguó que, en menos de seis meses, la banda de Carlos Tinoco perjudicó a más de 1.500 habitantes de las regiones sur y sudeste del país. Hoy, más de 90 % de las llamadas de disque-secuestro continúan partiendo del interior de los presidios- la mayor parte de ellos localizados en Río de Janeiro.
Para conseguir los números de las víctimas, los presos se valen de listas telefónicas, agendas de teléfonos celulares robados y números anotados en el reverso de cheques igualmente sustraídos. Además de Carlos Tinoco, las cárceles más activas son el complejo de Bangú y el presidio Evaristo de Moraes. De ellos emana gran parte de los golpes aplicados en el país. Actualmente, son tres las modalidades de disque-secuestro en funcionamiento:
- Un bandido se hace pasar por bombero o policía de rodoviarios (terminales de buses). Después de “informar” a la víctima sobre la ocurrencia de un supuesto accidente, insinúa que una de las personas “gravemente lesionadas” puede ser su pariente. El sujeto aprovecha el nerviosismo de su interlocutor para extraerle informaciones como nombre y características de un hijo o cónyuge que está en la calle a esa hora. En ese momento, el bombero o policía se transforma en secuestrador y pasa a amenazar a la víctima.
- Al atender el teléfono, normalmente de madrugada, la víctima oye una voz llorosa pidiendo socorro. “Mamá” o “Papá”, dice la voz, “ellos me pegaron”. En general, la persona, en un intento de certificar si es su hijo (o hija) que está hablando, termina revelando su nombre. Inmediatamente, el bandido entra en la línea y anuncia el secuestro.
- El bandido señala que fue contratado por un enemigo de la víctima para secuestrarla y matarla. En seguida, dice que, mediante el pago de una determinada cantidad de dinero, puede contarle quién es el mandante del crimen y desistir de cometerlo.
- Aunque los guiones inventados por los bandidos pueden parecer poco creíbles, un sorprende número de personas termina engañados por ellos. Un estudio hecho por el Departamento de Investigaciones sobre el Crimen Organizado (Deic), en conjunto con la Coordinadora de Análisis y Planeamiento de la Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo, muestra que el 20,5 % de las víctimas abordadas por los delincuentes acreditan la historia de los bandidos y pagan el “rescate”. La capacidad de manipulación de los malhechores es tan grande que, recientemente, la policía recibió quejas de familias enteras que se hospedaban en hoteles por imposición de los bandidos”, dice Youseff Abou Chahin, director del Deic. Después de anunciar el falso secuestro de un pariente, los bandidos ordenaron que los familiares se dirigieran a un hotel bajo el argumento de que precisaban certificar de que nadie entrara en contacto con los policías. En el hotel, a la familia se le instruyó usar solo el aparato telefónico del cuarto. Sólo entonces los bandidos dieron inicio a la negociación de rescate del pariente supuestamente secuestrado. Hace pocas semanas, policías de São Paulo recibieron la noticia de que un colega de la Policía Civil, pagaría 15.000 reales a una cuadrilla de disque-secuestro. El policía no sólo conocía este tipo de delitos, sino que había ayudado a amigos que fueron víctimas de él. Aún así, sucumbió.
Hay dos explicaciones para el hecho de que personas con experiencia y bien informadas caen víctimas de este tipo de delitos. La primera es que, por menos plausible que parezca la conversación de los bandidos, para un enorme segmento de brasileños está lejos de aparecer como ficción. Los secuestros –relámpagos o de cautiverio- representan, para los habitantes de las grandes ciudades, una pesadilla real. Aunque el número de casos de este género ha caído un 60 % en São Paulo y 70 % en Río desde 2002, el crimen continúa cobrando víctimas. En la capital paulista, el año pasado, 1.148 personas fueron víctimas de secuestros tipo relámpago y 62 fueron forzadas a cautiverio. El miércoles 14, la policía desmontó una cuadrilla de diez secuestradores que actuaban en el interior del estado. En diciembre del año pasado, el grupo secuestró a un empresario del ramo de artículos para escritorio. Secuestrado en un chacra en Caucalis do Alto (a 50 kilómetros de São Paulo), él permaneció seis días en poder de la banda y fue liberado después del pago de un rescate. La policía cree que ese fue el tercer secuestro de la pandilla. Una de sus integrantes era la profesora Miriam José Gomes, de 38 años. Hasta 2004, ella daba clases a niños en una escuela pública en Cotia.
Otra explicación tiene origen en la tortura psicológica aplicada por los bandidos. Estos aseguran a las víctimas que tienen en su poder a sus hijos o cónyuges. “Son las personas con las que tenemos lazos afectivos más profundos”, dice el psiquiatra Eduardo Ferreira-Santos, del Instituto de Psiquiatria del Hospital de Clinicas y Coordinador del Grupo Operativo de Rescate de Integridad Psíquica (Gorip). “La posibilidad de perderlos hace que las personas entren en lo que, científicamente, llamamos estrechamiento del campo de conciencia”, afirma. El estado de desorganización mental que sigue a una noticia de accidente o secuestro del hijo o cónyuge, dice el siquiatra, determina que la víctima entre en un estado de “casi sinopsis”.
El semanario de actualidad Veja tuvo acceso a las intercepciones telefónicas, hechas por la policía de Río entre noviembre de 2006 y enero de 2007, de las conversaciones entre un miembro de la cuadrilla de falsos secuestradores y sus víctimas. En uno de los diálogos grabados, se oye una voz, evidentemente masculina, diciendo entre sollozos: “mamá, fui asaltada”. Una mujer que atiende –tal vez por tener una hija, y no un hijo- ignora el hecho de que la voz sea de hombre y pregunta: “¿fue asaltada?”. Luego, dice el nombre de la hija, que es todo lo que el bandido del otro lado de la línea quería saber. “Casi todas las informaciones que esos criminales usan para intimidar a las víctimas fueron proporcionadas por ellas mismas”, afirma el delegado Wagner Giudice, director de la División Anti-Secuestro de la Policía Civil de São Paulo.
El empresario A.F., quien cayó en un golpe el pasado martes 13 de este mes, confirma la tesis del delegado: “quedé tan nervioso que terminé revelando al bandido no sólo el nombre de mi hija, sino también la dirección de mi casa, todos los números de mis teléfonos y el modelo de mis autos”, dice.
El psiquiatra Paulo Agarate, profesor de psicología forense del Complejo Jurídico Damásio de Jesús, detalla una lista de otros trucos usados por los autores de los disque-secuestro. “Ellos hablan rápido para confundir a las víctimas, se comunican de madrugada, cuando las personas están con la capacidad de discernimiento alterada, y hablan en tercera persona del plural, de manera de mostrar que no están actuando solos”.
Más persuasivo que los trucos de los bandidos, sin embargo, afirma el psiquiatra Ferreira-Santos, es el ambiente de violencia en que viven los brasileños que habitan en las grandes ciudades. Se han convertido en cotidianos asaltos con signos de barbarie como el asesinato del niño João Hélio, arrastrado hasta la muerte por bandidos, y de Vinícius de Oliveira, quemado vivo con sus padres en el interior de un auto. El miedo permanente se ha tornado un componente de la vida de las personas. “El clima de inseguridad es tan grande que quedamos esperando que llegue nuestra hora o la de nuestros parientes, de ser secuestrados o asaltados. Cuando recibimos uno de esos llamados telefónicos, pocos de nosotros reaccionamos racionalmente. Sólo pensamos: que termine pronto”. Es el Brasil de rodillas ante el crimen.
Brasil, de rodillas ante el crimen organizado

Guerrilla y contraguerrilla en la agenda estratégica

lunes, 19 de febrero de 2007

"No hay duda de que Brasil es el país poderoso de América del Sur"
En visita de dos días a Brasil, el subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos Políticos, Nicholas Burns, marcó el inicio de una nueva fase en la relación entre los dos países. Los Estados Unidos, según opina, ven a Brasil como socio preferencial en una América Ltina marcada por el liderazgo ascendente del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su declarado antiamericanismo. "No hay duda de que Brasil es el país más poderoso de América del Sur. Con su tamaño, su población y su economía, es una enorme fuerza. Y hallamos que Brasil está siguiendo una agenda muy responsable, muy cooperativa y muy positiva".
En entrevista exclusiva con el diario paulista O'Estado de São Paulo, Burns dijo que el interés de los Estados Unidos en la sociedad con Brasil para la producción de biocombustible tiene como objetivo reducir la dependencia en relación al petróleo de naciones consideradas enemigas, como son Venezuela e Irán: "la energía se transformó en un gran tema diplomático y ella a veces distorsiona y amplía el poder de un país más allá de lo que probablemente debería tener".
-El presidente Hugo Chávez tiene creciente influencia en América latina. ¿Cómo ve eso Estados Unidos?
En América del Sur, nuestro foco está puesto en nuestros amigos, en Brasil, en Argentina, en Chile, en Colombia, en Perú, en Ecuador, en todos los países amigos que tenemos. En Washington, estamos intentando tener una agenda positiva. La tenemos con el presidente Lula, también con el presidente Uribe, de Colombia. No tenemos exactamente una relación con Hugo Chávez, porque él decidió no tenerla. En nuestra opinión, la política suya es negativa, de división. Él intenta crear un movimiento contra los Estados Unidos. ¿Cómo vamos a tener conversaciones sobre cambios climáticos, biocombustibles, comercio, reducción de la pobreza, justicia social y turismo, si no nos integramos y trabajamos juntos? La agenda con Brasil es positiva, al igual que con Argentina y Perú. Pero la agenda con Chávez no lo es. Él es libre para hacer sus elecciones, pero no tenemos que seguirlo. No pensamos todos los días respecto a lo que hace. Pero sí pensamos todos los días sobre Brasil y sobre Argentina también.
-¿El gobierno americano cree que países como Brasil y Argentina pueden contrabalancear la influencia de Chávez?
-Es un tema para que América latina trabaje. No vamos a interferir en el Mercosur. Pero hoy hay una agenda global y tenemos que cooperar globalmente en todos los desafíos. Es importante que los países encuentren una manera de ser positivos, confiar unos en los otros y trabajar juntos. Según nuestra visión, la agenda de Chávez representa una política del pasado: nacionalización de las industrias, discurso contra Estados Unidos. Eso es el pasado, no el futuro.
-En la visión de Estados Unidos, Brasil ¿no tendría que intentar ejercer una influencia positiva en América del Sur?
-Tenemos un gran respeto por el presidente Lula y por Brasil. Y no hay duda de que Brasil es el país más poderoso de América del Sur. Con su tamaño, su población y su economía, es una enorme fuerza. Y consideramos que Brasil está siguiendo una agenda muy responsable, muy cooperativa y muy positiva en América del Sur y en la relación Sur-Sur. No sería correcto dar consejos a Brasil sobre como lidiar con Venezuela. Ustedes saben eso mejor que nosotros. Puedo decir cómo nosotros nos relacionamos con Venezuela. Admiramos al pueblo venezolano y le deseamos todo el éxito, pero cuando las personas en todo el mundo miran lo que Chávez está haciendo, dicen: "no ofrece parte de las soluciones a nuestros problemas".
-Existe una imagen en Brasil de que los presidentes Lula y Bush tienen una buena relación personal...
-Sí, la tienen...
- ¿Usted halla que esa relación personal puede, de alguna forma, compensar las constantes desaveniencias comerciales entre los países?
-Sí. La política sigue las reglas de la naturaleza humana. No es impersonal. Hay hechos objetivos, pero también personales. El hecho de que los Presidentes Bush y Lula tuvieran buena sintonía entre ellos, confiaran el uno en el otro, se admiraran recíprocamente, es bueno para Brasil y es bueno para los Estados Unidos. Porque la señal que es enviada para el resto de nosotros, que estamos trabajando para ellos, es que el Presidente Bush cree que Brasil es importante, admira al presidente Lula y quiere que tengamos éxito en Brasil.
- El ex embajador de Brasil en Washington Roberto Abdenur dijo que hay un sentimiento antiamericano en la diplomacia brasileña. ¿Eso es perceptible en Estados Unidos?
Bien, voy a ser muy cuidadoso en responder a esa pregunta. Es obviamente un asunto sensible. Tengo gran respeto por el embajador Abdenur. Él hizo un gran trabajo y todo lo apreciamos. Es un amigo. Tengo grandes amigos en el Ministerio de Relaciones Exteriores. El futuro embajador en Washington, Antonio Patriota, es mi amigo. Se que a la secretaria de Estado, Condoleeza Rice, le agrada el ministro Celso Amorin. Nuestros Ministerios de Relaciones Exteriores trabajan muy bien juntos. Yo diría que la mayoría de los diplomáticos brasileños concuerda con eso. La relación entre Brasil y los Estados Unidos es buena, pero puede ser más fuerte y mejor.
- La política exterior brasileña privilegia la relación con los países menos desarrollados, en una línea conocida como Sur-Sur. ¿Eso es un buen negocio?
- Brasil es un gran país y debe tomar sus propias decisiones. Parece que Brasil está correcto en tener una orientación Sur-Sur porque hoy es uno de los grandes líderes del mundo. Brasil tiene apego por algunos países pobres porque ellos ven que Brasil tuvo éxito. Brasil tiene lazos étnicos y de lengua con países africanos, además con países europeos. Entonces, si Brasil puede tener una buena relación Sur-Sur con países de América Latina y de África, es positivo. Pero no es una situación todo o nada. Además de eso, obviamente esperamos que Brasil va a tener una buena relación con los Estados Unidos y con Europa. Hay pocos países en condiciones de ser globales: Estados Unidos, China, India, Japón, Unión Europea y Brasil. Entonces la política exterior de Brasil debe ser Sur-Sur, pero también global.

La experiencia brasileña con alcohol es un modelo para el gobierno de Bush en la redifinición de la política energética de Estados Unidos.
La visita a Brasil del subsecretario de Asuntos Políticos del gobierno norteamericano, Nicholas Burns, a comienzos de febrero, dejó en claro que los Estados Unidos desean que el principal país de Sudamérica sea un interlocutor privilegiado en la región. En ese contexto, el know-how brasileño en la producción de alcohol está funcionando como un puente en la aproximación entre los gobiernos de George W. Bush y Luis Inácio Lula da Silva.
Además de la importancia diplomática, esa alianza puede significar un impulso en el mercado del alcohol como combustible, precisamente en el momento en que el mundo discute alternativas a la utilización del petróleo. En marzo, el presidente Bush viajará a Brasil, como parte de su gira por cinco países latinoamericanos, para hilvanar los primeros tramos de esa aproximación estratégica con el gobierno de Lula. Bush ya explicitó, en diversos discursos, la intención de disminuir la dependencia de su país del petróleo.
La revista Science, una de las publicaciones científicas más respetadas del mundo, incluye en su última edición una serie de artículos sobre "Sustentabilidad y Energía", en los cuales el alcohol combustible brasileño aparece como una solución a ser imitada en el planeta.
El aval científico parece alimentar la acción política, en la cual todavía hay mucho que avanzar, según explicar Roberto Rodriguez, ex ministro de Agricultura y actual presidente del Consejo de Agronegocio de la Federación de Industrias de São Paulo (Fiesp).
En la evaluación de él, los gobiernos precisan crear una estandarizaicón para el alcohol en el mundo, estimular a otras naciones a producir y consumir etanol y encuadrar el tema de la agroenergía en un nuevo contexto para la agricultura.
"La agroenergía puede transformar la relación agrícula entre los países. Eso tienen que ser discutido en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio (OMC)", sostiene. Rodrigues es uno de los signatarios de una iniciativa -del sector privado- que reúne empresarios americanos y brasileños en una agenda hemisférica pro-etanol.
Demanda creciente
Brasil y Estados Unidos son hoy dos de los principales productores de alcohol en el mundo -responden por aproximadamente el 70 % de la producción, cerca de 37 mil millones de litros por año. Para tener una idea del potencial de ese negocio, una eventual reducción del 5 % en el "vicio" mundial por la gasolina crearía una demanda de 65 mil millones de litros de alcohol combustible por año. Hoy no hay oferta suficiente para sustentar una demanda de esa magnitud.
Al menos por ahora. Hay inversionistas de todos los lugares del planeta muy interesados en financiar proyectos de energía renovable, principalmente usinas de alcohol. En los Estados Unidos, el gobierno pretende incentivar la producción de etanol o cualquier biomasa en los próximos años. Sólo así tendrá condiciones de elevar la producción de 20 mil millones de litros a 50 mil millones por año. La meta es sustituir el 20 % del consumo de gasolina.
Brasil quiere acompañar este ritmo y ha recibido fuertes inversiones para ello. La producción total de todas las regiones brasileñas suma actualmente 17,5 billones de litros por año (17.500 millones). La previsión de la Unión de Agroindustria de Cultivadores de Caña de Azúcar del Estado de São Paulo (Unica) es de qe el país alcance una producción de 35,7 billones de litros en la zafra 2012/2013.
Maíz
La carrera de Estados Unidos para elevar la producción de etanol comienza a crear un desequilibrio potencial en la oferta de maíz, materia prima a partir de la cual se produce el etanol. La cuestión se agrava con la perspectiva del mercado para el producto como alimento. En ese escenario, tal vez Brasil sea, también desde el punto de vista tecnológico, un gran aliado para que la mayor potencia mundial supere el problema. Además, el planeta puede mirarse en el ejemplo brasileño para producir etanol a partir de la caña de azúcar.
No es casual que el precio de la tonelada de maíz en los Estados Unidos esté ahora en los 160 dólares por tonelada. "En períodos normales de abastecimiento, el precio estaría entre los 80 y 100 dólares por tonelada", explica André Pessora, analista de la consultoría Agroconsult. Aún con la disparada de las cotizaciones, el consumo de maiz para etanol debe alcanzar los 67 millones de toneladas este año, 13 % por encima del volumen procesado en 2006.
