lunes, 19 de febrero de 2007


1a Parte: El Etanol aproxima a Estados Unidos y Brasil

La experiencia brasileña con alcohol es un modelo para el gobierno de Bush en la redifinición de la política energética de Estados Unidos.

La visita a Brasil del subsecretario de Asuntos Políticos del gobierno norteamericano, Nicholas Burns, a comienzos de febrero, dejó en claro que los Estados Unidos desean que el principal país de Sudamérica sea un interlocutor privilegiado en la región. En ese contexto, el know-how brasileño en la producción de alcohol está funcionando como un puente en la aproximación entre los gobiernos de George W. Bush y Luis Inácio Lula da Silva.

Además de la importancia diplomática, esa alianza puede significar un impulso en el mercado del alcohol como combustible, precisamente en el momento en que el mundo discute alternativas a la utilización del petróleo. En marzo, el presidente Bush viajará a Brasil, como parte de su gira por cinco países latinoamericanos, para hilvanar los primeros tramos de esa aproximación estratégica con el gobierno de Lula. Bush ya explicitó, en diversos discursos, la intención de disminuir la dependencia de su país del petróleo.

La revista Science, una de las publicaciones científicas más respetadas del mundo, incluye en su última edición una serie de artículos sobre "Sustentabilidad y Energía", en los cuales el alcohol combustible brasileño aparece como una solución a ser imitada en el planeta.

El aval científico parece alimentar la acción política, en la cual todavía hay mucho que avanzar, según explicar Roberto Rodriguez, ex ministro de Agricultura y actual presidente del Consejo de Agronegocio de la Federación de Industrias de São Paulo (Fiesp).

En la evaluación de él, los gobiernos precisan crear una estandarizaicón para el alcohol en el mundo, estimular a otras naciones a producir y consumir etanol y encuadrar el tema de la agroenergía en un nuevo contexto para la agricultura.

"La agroenergía puede transformar la relación agrícula entre los países. Eso tienen que ser discutido en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio (OMC)", sostiene. Rodrigues es uno de los signatarios de una iniciativa -del sector privado- que reúne empresarios americanos y brasileños en una agenda hemisférica pro-etanol.

Demanda creciente

Brasil y Estados Unidos son hoy dos de los principales productores de alcohol en el mundo -responden por aproximadamente el 70 % de la producción, cerca de 37 mil millones de litros por año. Para tener una idea del potencial de ese negocio, una eventual reducción del 5 % en el "vicio" mundial por la gasolina crearía una demanda de 65 mil millones de litros de alcohol combustible por año. Hoy no hay oferta suficiente para sustentar una demanda de esa magnitud.

Al menos por ahora. Hay inversionistas de todos los lugares del planeta muy interesados en financiar proyectos de energía renovable, principalmente usinas de alcohol. En los Estados Unidos, el gobierno pretende incentivar la producción de etanol o cualquier biomasa en los próximos años. Sólo así tendrá condiciones de elevar la producción de 20 mil millones de litros a 50 mil millones por año. La meta es sustituir el 20 % del consumo de gasolina.

Brasil quiere acompañar este ritmo y ha recibido fuertes inversiones para ello. La producción total de todas las regiones brasileñas suma actualmente 17,5 billones de litros por año (17.500 millones). La previsión de la Unión de Agroindustria de Cultivadores de Caña de Azúcar del Estado de São Paulo (Unica) es de qe el país alcance una producción de 35,7 billones de litros en la zafra 2012/2013.

Maíz

La carrera de Estados Unidos para elevar la producción de etanol comienza a crear un desequilibrio potencial en la oferta de maíz, materia prima a partir de la cual se produce el etanol. La cuestión se agrava con la perspectiva del mercado para el producto como alimento. En ese escenario, tal vez Brasil sea, también desde el punto de vista tecnológico, un gran aliado para que la mayor potencia mundial supere el problema. Además, el planeta puede mirarse en el ejemplo brasileño para producir etanol a partir de la caña de azúcar.

No es casual que el precio de la tonelada de maíz en los Estados Unidos esté ahora en los 160 dólares por tonelada. "En períodos normales de abastecimiento, el precio estaría entre los 80 y 100 dólares por tonelada", explica André Pessora, analista de la consultoría Agroconsult. Aún con la disparada de las cotizaciones, el consumo de maiz para etanol debe alcanzar los 67 millones de toneladas este año, 13 % por encima del volumen procesado en 2006.







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