miércoles, 21 de febrero de 2007

El costo de la violencia en Brasil



La "guerra civil" brasileña consume más del 10 del PIB y el tratamiento de las víctimas puede tornar inviable el sistema de salud pública, afirma el médico e historiador paulista, Luis Mir.

Los números equivalen a los de una guerra civil. En cada año, 55 mil personas son asesinadas en Brasil y 45 mil mueren en el tránsito. La violencia nunca dio tregua, dice Mir. La diferencia es que año a año ella se torna más cara- hoy, consume el 40 % de los recursos del sistema de salud pública.

Esos datos constan en las 962 páginas del libro "Guerra Civil-Estado y Trauma", fruto de cinco años de investigación. Para el autor, la policía tiene licencia para matar y los ricos se aislan, encuentran que están seguros detrás de vidrios blindados. "Sólo hay gritos cuando los hijos de la elite mueren", afirma Mir.

-¿Por qué explotó la violencia en Brasil?

-Después de la hecatombe dictatorial, el aparato represivo no se desmanteló y la justicia tampoco se adecuó al Estado democrático. En el proceso de redemocratización de Grecia, de España y de Portugal, la primera providencia fue la elaboración de una nueva Carta Magna. La segunda fue desmontar los cuerpos represivos. En España, el gobierno cambió hasta el uniforme de la policía para mostrar a la población que era una nueva corporación. Los comandantes fueron obligados a jubilarse. La violencia está presente en Brasil desde hace cinco siglos.

-¿Cómo así?

-En 500 años, apenas se modificaron la cara y las armas. Hubo un genocidio cultural, territorial, étnico y físico de los indicios y masacre de la población africana. De las haciendas, ellos se fueron a vivir a las periferias de las ciudades y se hacinaron en galpones donde todavía hoy están. Ahora, la limpieza social se ha hecho a través de la balcanización (referencia a los conflictos étnicos y religiosos de la Península de los Balcanes, que es una segregación territorial, social y económica. Si la persona sale del perímetro de las favelas y avanza hacia las áreas privilegiadas, es recibida a balazos. Estamos divididos. Implantamos el método de los Balcanes como solución en la formación del país. Vivimos una guerra civil crónica, en la que el Estado utiliza los cuerpos represivos como forma de control social. En Brasil, se confunde seguridad pública con policía. Seguridad pública es un buen hospital, son autopistas señalizadas, tránsito disciplinado. No hay nada más indignante en este país que los pasos para peatones. Las personas tienen que atravesar corriendo porque hay conductores que usan los autos como armas.

-¿Por qué la vida vale tan poco en Brasil?

-Porque el Estado fracasó en su mayor deber civilizatorio legal y constitucional: la defensa de la vida. Con eso, liberó la caza humana. El problema es que, en Brasil, la policía mata primero. Víctima de ello es una población segregada. Un contingente formado por 80 millones de personas de personas que son vistas como sospechosas.

La policía de Río de Janeiro es la más letal de América latina, y la de São Paulo no queda muy atrás. La criminalidad también mata, pero a partir del momento en que el Estado asesina, éste da un hábeas corpus incondicional para que los bandidos hagan lo mismo. La vida tiene que valer en cualquier lugar. Dentro de la casa, de la eascuela, en la calle, en las prisiones. Ese es el drama. La vida en este país sólo vale en algunos lugares y para ciertas personas.

-¿Hubo cambios en el gobierno de Lula?

-No. El Estado continúa reprimiendo sólo los crimenes menores, como robos y hurtos. Para empeorar, la policía todavía usa un lenguaje militar. Dice que va a ocupar un morro, ¿Cómo así? ¿Qué es aquello, un ejército enemigo? Evidentemente allí hay personas envueltas en drogas, pero también hay millares de trabajadores y gente honesta. La policía ocupa el morro y después sale. Eso es guerra civil, y no un proyecto de construcción de sociedad.

-¿Puede ayudar una campaña de desarme?

-La población no está armada. Aún así, estoy a favor de la campaña. Considero que hasta Brasil no debería fabricar armas. Lo que precisa ser desarmada es la práctica policial. Las personas se quedan aterrorizadas cuando la policía llega, pues no saben si ella va a preguntar o a disparar. La policía tiene que ser preventiva y no puede ser un instrumento exclusivo de defensa del Estado. Quienes tiene que defender al Estado son el Ejército, la Marina y la Aeronáutica. La policía tiene que defender a la población: tanto a los ricos y clase media como a las pobres y desempleados.

-¿Por qué la población no se rebela?

-La población se está rebelando desde hace cinco siglos. Intenta robar los bienes de los dominadores porque no ve salida. Roba zapatillas, bicicletas, residencias y autos. Cuando aumentó la seguridad de los bancos, los ladrones emigraron al secuestro relámpago. La economía del crimen se defiende. Son robados en Brasil 300 mil autos por año. Eso es un negocio, asi como el tráfico de drogas y el robo de cargas. Quien roba un cargamento de electrodomésticos, ¿qué hace?, ¿distribuye para la familia y los vecinos?, ¿lo esconde en el patio de su casa?. No. La carga está encomendada y acaba legalizada. Nunca vi a traficantes yendo a agencias bancarias. ¿Donde ellos ponen el dinero? Debajo de los colchones? ¿Dentro de los galpones? Si no se neutralizan las fuentes que fomentan y abastecen esos mercados, y ganan con ellas, no sirve de nada.

-¿El tráfico de drogas es el mayor responsable por la violencia?

-Las drogas ilícitas son responsables del 12 % de los politraumatizados en el Hospital de Clínicas, en Sao Paulo. El alcohol, por el 29 %. Ocurre que los ajustes comerciales del tráfico son resueltos a bala. Los traficantes matan en disputas por los puntos de venta o ejecutan a los deudores.

-¿La clase media percibe como es afectada por la violencia en las periferias y en los morros?

-La clase media sólo piensa en salvaguardar la vida de los suyos y el propio patrimonio. La solidaridad no pasa de la familia, los vecinos y los colegas de trabajo. Hay un fenómeno esquizoide en la sociedad. Las personas se aislan y dicen: "yo me salvé". La clase media blinda los autos. Eso es admitir una guerra y aceptar que en esta sociedad podemos morir. Tal vez la cuenta más impresionante sea la de la salud. La red pública está entrando en colapso porque la violencia consume el 40 % del Presupuesto. Un paciente politraumatizado se queda, en promedio, 20 días en la UTI y cuesta cerca de 100 mil reales. No hay sistema en el mundo que aguante. Mientras una víctima es asistida, otras diez quedan sin atender. El costo no es sólo del paciente en el hospital. Años de vida productiva se pierden. El valor real es inconmensurable.

-¿Cuál es la salida?

-Las personas precisan tener garantías mínimas de buena educación, salud, vivienda y perspectivas de futuro. El Estado brasileño y parte de la elite que controla tienen que negociar un orden social con la universalidad en la salud, la educación, la vivienda y el acceso al mercado de trabajo. Esas dos naciones tienen que aproximarse.

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