jueves, 4 de septiembre de 2008

La ausencia de la Argentina en la región es grave y se nota


El prestigioso académico Roberto Russell, director de la Maestría en Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), analiza el nuevo escenario mundial. El papel de Brasil como actor clave en la región, las dificultades de Argentina para lograr su inserción internacional y el escenario electoral en EEUU.


La consolidación de Brasil
- ¿En qué posición queda Brasil a partir de los recientes descubrimientos petrolíferos en su plataforma submarina?
- Es obvio que el descubrimiento de petróleo ayuda enormemente, pero la gravitación creciente de Brasil se debe a una suma de factores. La percepción que tengo -no sólo yo, sino muchos de los analistas de los temas internacionales- es que Brasil está en un camino de crecimiento sostenido. A diferencia de lo que pasa allí, Argentina siempre provoca perplejidad e incertidumbre.

- ¿Cuáles son las causas de esta solidez brasileña?
- Brasil ha logrado definir un conjunto de políticas consistentes -yo ni siquiera hablaría de una estrategia- que cuenta con altos niveles de consenso y que se han mantenido a lo largo del tiempo. Esto no ha sido fácil y, como cualquier otro país del mundo, ha tenido que enfrentar la oposición de intereses sectoriales y diversas pujas internas. Sin embargo, la dirigencia brasileña ha tenido la capacidad de adaptarse a los tiempos y aprovechar las circunstancias. Recuerdo que en los 90 muchos tenían temor de que Lula ganara las elecciones y produjera un cambio radical en las políticas de su país. Sin embargo, esto no ocurrió, y no deja por ello de ser un gobierno progresista y de izquierda. En la Argentina tenemos una visión equivocada de lo que es el progresismo, que está muy amarrada a las ideas del mundo de los años 70. Ese mundo ya no existe . Hoy, más que una “nueva derecha”, tenemos una “vieja izquierda”. No hay ningún milagro ni misterio en el desarrollo económico de los países.

-¿Qué posibilidades tienen Argentina y Brasil en el actual contexto internacional?
- Obviamente Brasil tiene una potencialidad mayor que la nuestra porque es un país más grande y cuenta con mayores posibilidades para jugar un papel fuerte en el mundo. En menor escala, la Argentina también podría incrementar su gravitación en el mundo y la región. No tenemos que tirarnos a menos por las diferencias internas que generan pesimismo en el país. Las posibilidades que se le ofrecen a Brasil también se nos presentan a nosotros, a Uruguay, a Chile e incluso a Paraguay, un país tradicionalmente aislado que hoy encuentra un horizonte propicio para vincularse positivamente al mundo.

- ¿Cuál es el rol que puede llegar a jugar Brasil en los próximos años como actor político?
- Brasil va a tener un papel creciente. Yo no comparto la idea bastante extendida en la Argentina de que habrá una nueva hegemonía regional y de que vamos a cambiar la dependencia de EEUU por la de Brasil. Esa es una visión muy simplista; no dependemos tanto de EEUU y no tenemos por qué subordinarnos a Brasil. A Brasil le falta mucho para ser una potencia global y aún bastante para convertirse en una potencia regional. Lo más probable es que termine siendo ambas cosas, pero éste no es un tema de esta hora. No tiene todavía condiciones para jugar un papel protagónico en el mundo, y tampoco es un líder en la región. Si Argentina hace bien las cosas, también va a tener la oportunidad de tener un papel importante en América del Sur, que -dicho sea de paso- es lo que la región está esperando y lo que nos está reclamando. Como consecuencia de la actual crisis, la Argentina se ha convertido en un país ensimismado. La ausencia de la Argentina en la región se nota y es grave.
- ¿EEUU le teme a que Brasil se constituya como un hegemón en la región?
- Brasil no es un problema para EEUU. En todo caso, la futura hegemonía regional que puede llegar a preocupar a Washington, en caso de que se concrete, es la de China. Aprovecho para decir que Brasil tampoco es un problema para nosotros, pese a que algunos sectores en el país tiendan a verlo de este modo y a proponer, en consecuencia, un juego de equilibrios absolutamente irrealizable y extemporáneo. Brasil y EEUU tienen una relación rica y cada vez más compleja que combina dosis variadas de competencia y colaboración. La aproximación de Brasilia a EEUU se inscribe en un tipo de estrategia que con Juan Tokatlian hemos denominado de “oposición limitada”. Esto implica que Brasil va a tener un vínculo de cooperación con EEUU en muchos temas, de diferencias en muchos otros y en algunos casos hasta de una cierta confrontación. Eso es natural en las relaciones entre los países. Nadie tiene por qué preocuparse por este tipo de cosas, en la medida en que existan políticas sólidas y claras donde cada uno sepa cuáles son los intereses del otro, lo cual no es el caso de la Argentina. Nuestro país tiene una cierta propensión a la desmesura en sus vínculos con EEUU, algo que sería impensable en Brasil.

- Brasil ha logrado también, con empresas mixtas como Petrobrás, superar ciertos niveles históricos de corrupción. ¿Cuáles son los motivos?
- Esto tiene que ver con la calidad institucional. Corrupción hay en todos, lados y si uno ofrece las posibilidades para que ésta se desarrolle, obviamente aumenta. Lo que hay que hacer es aplicar más controles institucionales para que disminuya, que es lo que está ocurriendo tanto en Brasil como en Chile y en Uruguay. La percepción que hay en el exterior es que los niveles de corrupción de la Argentina siempre están por encima de los de sus vecinos y la verdad es que así son las cosas.

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