El gobierno chino realizó esta semana una gran celebración de lo obtenido en estos 30 años, cuando Deng Xiaoping abandonó la ideología y se deslizó hacia un pragmatismo extremo que llamaba a realizar "cuatro modernizaciones". Todo en un modelo que incluyó dosis crecientes de capitalismo combinadas con un sistema político represivo que no perdió casi nada de su rigidez. Análisis internacional de Oscar R. Cardoso en Clarín
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