Los precios de los combustibles en la Argentina son abismalmente inferiores a los de América latina, pero la realidad muestra que en el vecino país los pobres terminan subsidiando el consumo energético de las clases sociales más altas. El precio de esos servicios debió ser siempre selectivo, pero al revés: son los sectores pudientes los que tienen que pagar más que los pobres. Análisis de Joaquín Morales Solá en La Nación
domingo, 24 de junio de 2007
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