
El disloque financiero de las últimas semanas ha barrido el contrapunto crisis política más crecimiento económico que caracterizó buena parte de lo que va corrido el siglo XXI. Mientras la guerra de Irak no está para nada resuelta, el estallido de la burbuja crediticia añade a este contexto un espeso condimento. Análisis del politólogo argentino Natalio Botana en Clarín
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