
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, optó por declarar la moratoria, o default, de una parte de la deuda externa de su país con el argumento de que es inmoral e ilegítima. Correa dio la orden de no pagar cerca de 61 millones de dólares en concepto de intereses de los bonos Global 2012, que vencían el pasado lunes, y anunció que presentará a sus acreedores un plan de reestructuración con un "descuento muy grande" en su valor. Reportaje de El País
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