Pese al bajísimo nivel de popularidad de George Bush, pareciera que el poder político de EE.UU. tiene un sustento que va más allá de los resultados electorales y de la fuerza política de un presidente determinado. En el segundo trimestre de este año la economía norteamericana creció 3,4%, después de que en los primeros tres meses alcanzara un piso de 0,6%. Análisis internacional de Jorge Castro en Perfil
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