sábado, 4 de agosto de 2007

La otra cara del éxito económico peruano


La ola de huelgas que enfrentó recientemente el presidente Alan García mostró la cara no visible del "éxito económico" del vecino país, traducido en cifras de crecimiento que se ubican entre las primeras del mundo. Un artículo publicado en la edición de agosto de la revista Le Monde Diplomatique hace una radiografía al primer año del segundo mandato del presidente aprista y con estadísticas irrefutables demuestra que dicho crecimiento tiene pies de barros.

El lado positivo muestra que desde hace setenta meses el crecimiento económico del Perú es positivo, y para este año se prevé un 7 %. Las exportaciones mineras, espina dorsal de la economía, aumentan en más del 20 % anual. La balanza comercial mostró un superávit de 8.853 millones de dólares. Creció la recaudación fiscal y el crecimiento de la demanda de crédito, alentada por el boom de la construcción, es sostenido. Las reservas superan los 21.000 millones de dólares; la inflación se mantiene en 2 %, y las inversiones aumentan.

Pero los mayores beneficiarios de la bonanza -dice el artículo de Le Monde Diplomatique- son las multinacionales y los empresarios nacionales, lo que se refleja en la Bolsa: el índice general aumentó 162 % en 2006, el más alto rendimiento del mundo. El autor de la nota, Rafael Drinot Silva (sociólogo peruano y presidente del Consejo Ejecutivo del Sindicato de periodistas de Cataluña) subraya que "un nubarrón en este cielo despejado son las cuantiosas ganancias que remesan las multinacionales, que ya superan a sus inversiones. Es el peligro -dice- del milagro económico peruano, basado en exportaciones de materias primas y el mercado mundial".

En contrapartida, la "bonanza" también son los entre 2.500 y 5.000 millones de dólares del narcotráfico y de las remesas de los emigrantes, expulsados por las crisis económicas y la violencia. Estos ingresos familiares, procedentes del extranjero y la ilegalidad, son parcialmente responsables de la notable expansión del comercio y la relativa sensación de bienestar en algunos barrios populares de las grandes ciudades.

Sin embargo, este auge económico es cuestioonado. La ONG Intermón Oxfam señala que "el PBI creció un 8 % durante el 2006, pero si se descuentan las utilidades que las empresas extranjeras expatriaron a sus países de origen, ese crecimiento fue de 5,8 %.

El otro lado de la bonanza es la desigualdad, el desempleo, los bajos salarios, el hambre: en Perú mueren de hambre cincuenta niños al día; la desnutrición crónica afecta al 25 % de la población; en ocho regiones la desnutrición crónica es de 45 %; cinco millones de personas viven extrema pobreza y a mitad de los peruanos vive en pobreza o extrema pobreza. En lo laboral, sólo el 25 % de la Población Económicamente Activa (PEA) tiene empleo estable, dos millones de niños trabajan , y la legislación, promulgada por el ex presidente Alberto Fujimori, es de las más retrógradas del continente: el 65 % de los obreros mineros no goza de salario mínimo, estabilidad laboral, derecho a sindicalización, etc. El salario en 2006 equivalía al 86,6 % del salario de 1994 y sigue cayendo, mientras la economía creció un 8 %.

García llegó a la presidencia después de una monopólica campaña mediática en la que ofreció medidas populares, entre ellas tributación progresiva, creación de impuestos a las sobreganancias de las transnacionales mineras sy a las de la Bolsa; la eliminación de la renta básica telefónica, la revisión y debate del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la libre desafiliación de los onerosos fondos de pensiones, la eliminación del empleo precario o tercerización, el retorno a la Constitución de 1979 aprobada por Haya de la Borre, la reducción de la pobreza e inversiones en salud, educación y empleo.

El presidente peruano, dice el artículo de Le Monde, no cumplió sus promesas y atacó a quienes exigían su cumplimiento, acusándolos de comunistas, subversivos y aliados de Chile, país con el que se mantiene un contencioso de límites.

artículo completo se puede leer en la edición en español de Le Monde Diplomatique

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