lunes, 21 de julio de 2008

Análisis: el giro de Uribe para sumarse a la propuesta de Lula

En mayo pasado, cuando doce países de la región ratificaron el Acta Constitutiva de la Unión de Naciones Surmaericanas (Unasur), el Presidente Lula da Silva comunicó a la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice su decisión de impulsar un Consejo de Defensa Sudamericano al que no sería convidado Washington.
Su doctrina, en caso de llevarse a la práctica- significará una ruptura con el pensamiento militar del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), remanente de la Guerra Fría.
Antes de esa cita regional, Lula envió a su ministro de Defensa, Antonio Jobim, para convencer a los otros once países de la región de sumarse a este consejo. Tras ese periplo, quedó claro que los que más se oponían a su constitución eran el colombiano Alvaro Uribe y el peruano Alan García.
Especialmente el primero, fortalecido en su estrategia militar luego de los éxitos contra las Farc, lo que fue bien visto por Washington.
Pero el reciente encuentro en Bogotá entre Lula y Uribe, marcó un punto de inflexión al sumarse el colombiano a la iniciativa de Brasilia.
La propuesta del mandatario brasileño consiste básicamente en archivar el antiguo pacto con Washington para repeler la agresión de una potencia extranjera (léase, la extinta Unión Soviética) contra cualquier país del hemisferio y sustituirlo por otro que tendrá entre sus premisas la de velar por la "inviolabilidad territorial" de doce naciones independientes (el listado excluye a la Guyana francesa).
El proyecto en gestación, al que se adhirió formalmente Uribe este fin de semana, significará una lápida para la tesis de las "fronteras flexibles" que el Pentágono elaboró al calor de su guerra planetaria contra el terrorismo, concepto decodificado para la región por el ex jefe del Comando Sur estadounidense, James Hill, quien estableció que los "populismos radicales" -que agrupa en un mismo ítem al indianismo boliviano, los piqueteros argentinos y el nacionalismo popular venezolano- son una amenaza a la seguridad nacional estadounidense equiparable a la organización terrorista Al-Qaeda.
El próximo 7 de septiembre, día del aniversario de la independencia de Brasil, Jobim presentará el nuevo Plan Estratégico de Defensa Nacional brasileño al presidente Lula, en el que la Amazonia y los más de 7.000 kms. de litoral atlántico serán tipificados como prioritarios. La matriz de ese programa, que incluye además la reactivación de la industria bélica, está emparentada con el proyecto de defensa regional que Brasilia propuso en Unasur, al entendcer que la ecuación de la soberanía nacional se resuelve dentro de un mismo campo de fuerzas con las soberanías de los países vecinos.
Mientras Brasil impulsa su iniciativa de defensa regional, Estados Unidos notificó la reactivación, después de 58 años, de la IV Flota de la marina de Estados Unidos, con jurisdicción sobre el Atlántico. La decisión estadounidense es especialmente preocupante para el gobierno que encabeza Lula.
El experto en asuntos de defensa del diario Correio Braziliense, Pedro Paulo Rezende, apuntó que "Washington siempre ha cuestionado la soberanía marítima hasta 200 millas y nosotros (Brasil) hemos descubierto unos megacampos de petróleo entre noviembre y mayo pasado".

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