Se iniciaron para tender puentes entre culturas y promover la paz. Pero, a menudo, encubren violaciones de los derechos humanos, apenas impulsan cambios políticos y confieren legitimidad a regímenes indeseables. Lo peor es que los de Pekín podrían ser los más polémicos de la historia. Artículo de John Hoberman, catedrático de Estudios Germánicos de la Universidad de Texas, publicado en Foreing Police
lunes, 21 de julio de 2008
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