domingo, 7 de septiembre de 2008

Lula: "No existe ninguna hipótesis de que Brasil se juegue solo"


El Presidente de Brasil, Lula Da Silva, dijo en una entrevista exclusiva con el diario Clarín de Buenos Aires, que su país tiene claro que su relación con Argentina cuanto más armónica y más productiva sea, más contribuirá para fortalecer el Mercosur y la integración sudamericana.
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Por: Ricardo Kirschbaum Fuente: EDITOR GENERAL DE CLARIN

Está convencido del "momento mágico" que vive Brasil. Más que eso, está embelesado de que ese "momento mágico" ocurra en su tiempo y, aunque lo intenta esconder en un tono modesto, que haya sido obra de "este tornero metalúrgico" como él se describe a sí mismo. Lula da Silva está encendido, entusiasmado con el Brasil contemporáneo. Pero, por sobre todo, está decididamente seguro que el futuro próximo mostrará un país distinto, moderno y mucho más justo que el actual. Hasta parece convencido cuando incluye a la Argentina en esos tiempos venturosos que espera ver antes de partir.
No es un cumplido la inclusión de Argentina, como no lo fue la elección de un detalle, como su corbata celeste y blanca, que exhibía descuidadamente para que los cronistas tomaran nota, ni la referencia crítica al entrenador brasileño de fútbol, Dunga, por la pobre actuación de su equipo en las Olimpíadas que ganó la Argentina. Educado, también felicita por eso. En el extenso reportaje que concedió a Clarín, que reproducimos en esta edición y en la de mañana, Lula habló como un hombre siente que puede trascender como la bisagra histórica que puso a su país como una potencia mundial. Habla de los planes, del volumen de la inversión (900 mil millones de dólares), de los pasos que hay que dar para no perder el tren de la Historia. Parece un hombre que se ha desprendido del pasado, de su pasado, pero que no olvida sus orígenes metalúrgicos y de sindicalista.
Recuerda que estuvo treinta años en la trinchera de la oposición y de la izquierda. Y que en el poder se dio cuenta que la negociación y la búsqueda radical de acuerdos ha sido más valioso que la crispación y el enfrentamiento, quizás un mensaje al gobierno de un país limítrofe al que no se cansa de llamar socio, aliado. No hay otro camino para Brasil y la Argentina, dice este pernambucano, con un discurso sólido, cuando explica que hay que pensar en la región, más que en agradar a los Estados Unidos o a los europeos.
Cree que si somos internamente fuertes y desarrollados, si estimulamos nuestro potencial sin prejuicio, si trabajamos todos los días como lo hace un tornero o un vendedor ambulante para ganarse el pan, seremos respetados y considerados en el mundo.

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