En la reciente guerra del Cáucaso, el objetivo fundamental de Rusia no era otro que reafirmar su posición internacional atacando al principal aliado de Estados Unidos en la región. El Kremlin, que se apoya mucho en el simbolismo, se sintió ultrajado por el reconocimiento internacional de Kosovo y por ello pretendía dar un golpe de efecto a quienes lo habían propiciado. Reportaje publicado en Safe Democracy
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